¡Hasta los muertos vivirán! Y que el infierno deje de existir. En 1793, cuando tenía 23 años, Ludwig van Beethoven conoció la obra en su forma original y enseguida quiso musicalizar el texto, surgiendo así la idea que acabaría siendo con los años su novena y última sinfonía en Re menor, Op.
Interpretado por Ángel Bazán alumno de clarinete.
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